martes, 19 de junio de 2012

opio.



Casillas, casillas. Iniesta, iniesta. Y villa.
Qué maravilla.
La bandera de España en helaos y bollicaos. Empanaos desde santurce a bilbao vienen por toda la orilla. En todos los balcones, en todas las gasolineras y en todos los puticlubs de carretera, allí está la bandera. En sálvame y lapídame, en anuncios televisivos, en portales de yajú, en la boca de rajoy, en postales y adhesivos. Entretanto, comentan.

- Fíjate, ese cabrón lleva con la bandera ahí colgada todo el año.
- Puto facha.
- La bandera debería ser tricolor. Rojo, amarillo y morado.
- Con el águila de San Juan.
- Puto facha cabrón.
- Puto rojo de mierda.

Dejémoslo estar. Hay que reactivar la economía. Rescatar, sanear, insuflar.

Merchandaisin oficial de la selección a 70 leuros la pieza en el corte inglés.
- Hemos impreso doce millones, ¿qué te parece?
- Pues que si sale rana, nos va a quedar un estoc que te cagas.
Deportes blanes y bar pepe, por compras y consumiciones, te obsequian con la camiseta de los campeones. Tamaño saldo xxl, impresa con prisas de mala manera, la bandera rojigualda en pecho y espalda. Rezan en grandes textos, zapatos, raciones, tapas y complementos. Qué detalle. Después de tres lavados, trapos de limpieza.

- El país se va a la mierda, Mariano.
- Pero déjalo estar, coño, que empieza el fútbol.

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