jueves, 17 de enero de 2013

Docurrealitis.

Resulta que no teníamos suficiente con el payaso de las hamburguesas, los refrescos de cola y los vaqueros. No señor. El american güei of laif está predispuesto a comerse toda la piel de toro, rabo incluído. La llegada de la tdt nos ha traído, como el que no quiere la cosa, una masificación de formatos clonados, géneros y subgéneros malparidos desde el otro charco, a cual más esperpéntico.

La caja tonta se ha vuelto definitivamente gilipollas, ofensiva y grotesca. Y algunos apuntarán ahora, no sin cierta dosis de razón, que este espectáculo/culo no es sino un mero reflejo de la sociedad suciedad en que malvivimos. Con lo bien que estábamos con la 1 y la 2. Pues a tomar por culo la bicicleta. Y yo, sinceramente, como parte indiscutible de la audiencia, les cuestiono, señores directivos y ejecutivos de televisión, grandísimos hijos de puta:
Si aquí tenemos material de sobra para producir historias chungas por cuatro perras ¿Por qué aún se empeñan en importar mierdas ajenas? Por el interés te quiero, Andrés.

De cualquier forma, desinteresadamente les propongo a continuación una lista detallada de realitis y documentales que entroncan directamente con nuestro modus vivendi y con los que el consumidor potencial de telebasura se sentirá, aún más si cabe, plenamente identificado:

Compro oro. La infraserie transcurre en uno de los miles de comercios dedicados a tal fin. Va de un calorro que se las sabe todas, que tiene que lidiar con toda una fauna frecuentada por quinquis y mangantes que acuden en masa a colocar mercancía dudosa. A menudo, el calorro consulta a los confidentes de su barrio si el material obtenido es o no es de algún palo reciente. La audiencia se dispararía (en la cabeza).

Busco en la basura. Narra la jornada diaria de una pareja de españoles desahuciados rebuscando todo tipo de cachivaches en contenedores. Sobra decir que la sintonía de cabecera corre a cargo de eskorbuto. Además, una punki morbosa les localiza los mejores vertederos vía guguelerz. Yo mismo podría protagonizar el episodio piloto disfrazado con una bolsa de macdonalds en la cabeza. Me hace ilusión. Exitazo total.

Los hermanos de la huerta. Dos hermanos de el ejido, uno muy espabilao y el otro muy gilipollas, tienen un invernadero donde plantan tomates, melones, sandías y pepinos y fumigan a destajo toda clase de bichos. Pelotazo asegurado.

Operación robo. Una familia rumana realiza falsos embargos de vehículos, para posterior despiece y reventa en chatarrerías y mercados del este de europa, viéndose envueltos en toda clase de trifulcas a cual más absurda. Crudeza en estado puro.

Pesca peligrosa. Un jubilado de costacabana se dedica a pescar vertidos fecales, compresas y jeringuillas en la playa de la térmica. A veces recoge sobrecogedoras impresiones in situ de los desafortunados bañistas para saber de antemano a qué vicisitudes se enfrenta. Espeluznante es decir poco.

Dame veneno. Un químico intrépido viaja hasta los after más recónditos del país en busca de pastilleros y toxicómanos para capturarlos y extraerles los principios activos, que luego vende a las empresas farmacéuticas. Intenso a más no poder.

Posible o o imposible. Dos sonaos realizan toda clase de experimentos empíricos en una cochera, con el fin de verificar noticias bizarras del calibre de: el café con leche de cabra explota, peos de hasta 120 decibelios, la gata que parió sardinas en escabeche, etc. De lo más interesante y educativo.

Comida asquerosa. Un gordo sin escrúpulos chupa cabezas de gamba y huesos de pollo en los suelos de las tascas más insólitas a lo largo y ancho de la península. Pa no perdérselo a la hora del almuerzo.

Voy a reventar. Un gordo garrulo (podría ser el de antes) hace apuestas con los más gordos y garrulos del lugar para ver quien se come antes 6 raciones de ensaladilla rusa con 3 kilos de chistorra y dos docenas de huevos fritos. El que revienta antes pierde la apuesta y encima tiene que pagar los postres. Emoción a espuertas.

Cocina mugrienta. Un inspector de sanidad con muy malas pulgas va metiendo puros a diestro y siniestro en bares y restaurantes a lo largo y ancho del territorio nacional. No se libra ni el tato. Primerísimos planos de cámaras frigoríficas en estado de putrefacción. Repugnancia in extremis.

Canis y Chonis. El puto gran hermano reformulado. Métase a un abyecto grupo de ganado en un recinto cerrado: Broncas y folleteo asegurado.

¿Qué estos no son más que subproductos derivados sin el más mínimo atisbo de originalidad? Por sorprendente que resulte, y salvando los paralelismos, me temo que algunos ya los están emitiendo.

 Sin más, reciban un cordial puñetazo en el estómago.

 Atentadamente.

1 comentarios:

Anónimo

Jajaja, me gustó la de los rumanos y la de la pareja escarbando en la basura.