sábado, 10 de julio de 2010

El ombligo del mundo.

Hay quien se cree el ombligo del mundo cuando en realidad se manifiesta unánimemente como el escroto del universo. Y es que sólo hay que darse un garbeo rápido por fotologs, videoblogs, chachiblogs, yutubes y feichbuks, tuitters y critters para darse cuenta de hasta qué punto llega la enfermiza arrogancia del ser humano. Yo mismo me considero en cierta forma un arrogante al escupir estas líneas sobre vosotros pero, seamos sinceros, no ando por ahí orgulloso dando a oler mi culo pelado al resto de la manada.

-Es que, vamos a ver, yo uso mis redes sociales como vehículo para socializarme, para quedar con la gente...

-Me parece perfecto pero es que a mí, vamos a ver, no me interesa si has comido paella esta mañana, tienes no sé qué crédito en la granja del tío pepito o cuánto te encanta esa escena de cine de barrio. No me restriegues más miseria propia y más mierda ajena. No aportas nada. Haz algo original por tí mismo, aunque sea una mierda, pero no te dediques más a reseñar reseñas. Tú y todos. Me hacéis sentir como una pepita de oro desvalorizada en un valle importado de excrementos.

-Es que yo no voy de iluminado por la vida y tampoco soy un asocial como tú.

-Quédate simplemente con esto, mono clonado. Yo me cago en los sumerios. Yo vomito sobre la primera civilización.

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