sábado, 11 de abril de 2009

Reliquia.



Mi cabeza es maná de bichos y putas. Las furcias más vulgares y obesas se nutren de ella. Por eso la envuelvo, para que ni el aire la corrompa ni las moscas puedan depositar sus huevos en ella. Mis ojos son tan sagrados que sólo las putas o las larvas deben gozar de su triste sabor a manteca asada. O putas o pupas. O lo uno o lo otro. Nunca ambas.


Y mi cabeza una reliquia.

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