domingo, 5 de abril de 2009

Y mañana también.

Hoy te has arrancado otra cana. Y mañana también lo harás. Está claro que ya no tienes quince años, sí, pero si observas, como observaría ese extraño ser interior que observa el mundo a través de tí, la forma en que se comporta el divino tesoro de nuestra juventud y te formulas la misma pregunta que se formularía ese ser extraño, acabarías por preguntarte: ¿Qué demonios está pasando?, y volverías a reformularte esa pregunta: ¿Qué demonios me está pasando?. Simplemente el tiempo, idiota. Porque el tiempo está pasando por tí y por encima de tí de forma implacable como lo haría una apisonadora conducida por un autómata que ejecuta esta acción como consecuencia de su función inherente. Punto y aparte.

Los perros domésticos suelen resultar más encantadores que sus dueños. Pero el perro vagabundo, por el contrario, suele provocar diversas reacciones en los humanos: o nos da pena o nos asusta, o blanco o negro, pero difícilmente nos suele resultar encantador. El término encantador podría entonces interpretarse metafóricamente hablando, desde un punto de vista cromático, como un gris luminoso, brillante, plateado. Encantador.

Los gatos también suelen resultar encantadores pero por otros motivos.

0 comentarios: